Fuoco alchemico

¿Cómo podemos alimentar nuestro fuego alquímico?

 

Para lograr realizar cambios en tu vida, lo primero que debes preguntarte es cómo puedes alimentar tu fuego alquímico, tu fuego interior.

En otras palabras, el fuego que es el motor de la regeneración, del cambio evolutivo.

Vamos a descubrirlo juntos.

Nuestro cuerpo tiene seis puertas energéticas principales: las dos manos, los dos pies, la fontanela y el perineo.

El perineo y los pies nos conectan con la energía de la tierra, la energía material primaria; la fontanela y las manos con la energía del cielo, la energía espiritual expansiva.

Gracias a la concordancia de estas dos energías, nuestro organismo se regenera a nivel energético y, por consiguiente, a nivel físico.

De hecho, no es casualidad que en la cultura china el hombre sea visto como una especie de vínculo entre el Cielo (la máxima expresión del Yang, pero también del mundo espiritual) y la Tierra (el Yin por excelencia, así como el emblema del mundo material).

La energía de la tierra alimenta al YO SOY, nuestro primer cerebro ubicado en el vientre.

La energía del cielo alimenta al YO CREO, nuestro tercer cerebro, situado en la cabeza.
El primer centro es el punto de conexión con nuestras memorias ancestrales, con todo lo que potencialmente somos, hemos sido y podemos ser. El segundo es el centro de conexión con el multiverso de las infinitas posibilidades, es decir, la dimensión en la que el YO puede manifestarse en la realidad.

En la conexión entre estas dos energías portadoras, la frecuencia del YO SOY pasa del estado de frecuencia de posibilidad al estado material, manifestándose en esta tercera dimensión.
Esta fusión representa, de hecho, la transformación alquímica del plomo (el potencial) en oro (la esencia real).

Ahora bien, para que esto sea posible, se requiere una cámara de combustión, un lugar de alineación, refrecuenciación y metabolización de estas dos frecuencias portadoras.

Dicho centro se encuentra en el segundo cerebro, el cerebro del corazón, en el YO SIENTO.

Es en esta forja de las maravillas que la frecuencia del YO SOY es comprendida, procesada y transmutada para permitir la materialización de la idea representada por la frecuencia del YO CREO.

El corazón es el núcleo del átomo nous, es decir, el elemento de base que crea el orden y la coherencia entre el mundo de las ideas y el mundo de las cosas.

Es el átomo energético que permite crear la estructura molecular de la frecuencia que se desea atraer con el fin de manifestarla en forma, es decir, manifestarla en esta tercera dimensión.

Todo lo que existe en este mundo fue primero una idea en el plano astral y sólo después se materializó en el plano físico.

Según Platón, el mundo de las ideas o Hiperuranio es, de hecho, ese mundo más allá de la bóveda celeste que siempre ha existido. Ese “lugar” donde hay ideas inmutables y perfectas, accesible únicamente por el intelecto, no tangible por entidades terrenales y corruptibles.

¿Pero a qué intelecto se refería Platón?  Al intelecto del corazón.

Es decir, por citar de nuevo a Platón, esa Inteligencia que ordena y causa todas las cosas.

¿Cómo funciona entonces esta inteligencia?

La inteligencia del Corazón, conectada a la frecuencia del YO SIENTO, pone en comunicación la energía de la Tierra, la energía inconsciente y ancestral del Ser, con la energía del Cielo, o sea la frecuencia de las ideas en potencia.

En efecto, el corazón funciona como un imán y refrecuenciador entre estos dos mundos vibracionales, en otras palabras, sincroniza dos polaridades y genera, a través del poder trino, la materialización de la idea.

El poder del Corazón puede comprobarse objetivamente: el corazón humano se caracteriza, en efecto, por tener el campo electromagnético más amplio del cuerpo.

La señal electromagnética proveniente del corazón es sesenta veces mayor en amplitud con respecto a aquella que proviene del cerebro y emite un campo magnético que es cinco mil veces más fuerte que el del cerebro de la cabeza y puede ser detectado hasta más de tres metros y medio del cuerpo.

Por lo tanto, podemos sostener que el cerebro del corazón es la forja que nos permite programar la estructura vibracional de la realidad que deseamos atraer y por lo tanto materializar.

¿Entonces, todo el mundo puede materializar lo que quiere? No.

Cada persona sólo puede materializar lo que está en sintonía con su propia Esencia e historia ancestral. Mientras más antigua sea la Esencia que alberga este cuerpo, mayor será el espectro de frecuencias disponibles, es decir, los “yo soy” en potencia.

Mientras mayores sean las frecuencias, mayores serán los puntos de conexión con el mundo de las ideas.

No obstante, se necesita una herramienta de descodificación, una especie de radio multiespacio-temporal.

Este instrumento es nuestro cerebro cardíaco: nuestro corazón.

Una radio para funcionar tiene que estar bien alimentada, y es por eso que para manifestarse es necesario un campo electromagnético suficientemente potente.

Este campo, alquímicamente, es generado y alimentado por nuestro fuego interior sagrado.

Según Gold, de hecho, “solamente una máquina biológica humana que ha despertado puede producir un efecto transformador en el yo esencial, que es esa parte de nosotros que no es la máquina”.

Entonces, ¿cómo es posible encender la forja alquímica y convertirnos en creadores?

Para ello, hay que reactivar, reavivar, despertar los tres cerebros de la máquina humana: el entérico, el cardíaco y el encefálico.

A partir de la tierra extraemos la energía que alimenta el primer cerebro: la energía argéntea; del cielo extraemos la energía que alimenta el tercer cerebro: la energía áurea.

Nuestro fuego sagrado se enciende con la unión de estas dos energías portadoras.

El encuentro entre la energía de plata y la energía de oro es el arranque, la chispa, que enciende el fuego. No obstante, es necesario alimentar el fuego para que permanezca, de lo contrario, como una vela debajo de un vaso, pierde su fuerza hasta que se apaga.

El fuego es energía, energía creativa. Es la fuerza que permite la transformación alquímica dentro de la máquina humana.

El fuego es el agente vivificador y purificador por excelencia, es el elemento que eleva todas las cosas a un grado superior de perfección.

No en vano, en muchas tradiciones se atribuye al fuego el significado de fuego central, el ignis centrum terrae, es decir, el corazón.

Ahora bien, cuál es el elemento que mayormente alimenta el fuego en la naturaleza: ¡el oxígeno!

Por lo tanto, una herramienta para alimentar nuestro fuego interior es la respiración, a través de la cual se introduce el oxígeno en el cuerpo.

A nivel físico, el acto de respirar tiene la delicada función de suministrar oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo para que los procesos metabólicos puedan completar su ciclo, garantizando así nuestra supervivencia; desde un punto de vista metafísico, si se utiliza conscientemente, también nos permite actuar a nivel energético, mental y espiritual, es decir, alimenta nuestro fuego alquímico.

No es casual que, según Swami Sivananda “el pranayama (práctica de la respiración consciente) ocupa un lugar muy importante en la práctica del Yoga y la meditación. El prana -o energía vital- está conectado con la mente, a través de ésta con la voluntad, a través de la voluntad con el alma individual y a través de ésta, con el alma suprema. Si sabes cómo controlar las pequeñas ondas de prana que actúan a través de la mente, conocerás el secreto de cómo controlar el prana universal.”

La respiración juega un papel primordial en la conexión de la energía del cielo con la energía de la tierra, lo consciente con lo inconsciente. No es casualidad que en muchos idiomas la palabra “espíritu” y “respiración” sean idénticas: en sánscrito, como hemos visto, la palabra es prana, en hebreo es ruach, en griego es pneuma y en latín es spiritus.

¿Estás listo para alimentar tu fuego interior?

En el artículo “3-6-9: un código, una frecuencia” a propusimos una meditación para activar los tres cerebros a través de las dos energías portadoras: áurea y argéntea.

El siguiente ejercicio, utilizando el poder de la respiración, te permitirá proseguir la práctica nutriendo tus tres centros y potenciando tu campo electromagnético.

El objetivo principal de este ejercicio es desbloquear tus recuerdos ancestrales.

¿Estás listo para encender los motores?

La meditación en síntesis:

Focalizándote en el primer centro, dos dedos por debajo del ombligo. Respira 3 veces, 3 segundos IN y 3 segundos OUT, visualizando una esfera roja que alimenta y vivifica cada una de tus células.
Focalizándote en el segundo centro, a nivel del corazón. Respira 6 veces, 6 segundos IN y 6 segundos OUT, visualizando una esfera verde que alimenta y vivifica cada una de tus células.
Focalizándote en el tercer centro, en la glándula pineal. Respira 9 veces, 9 segundos IN y 9 segundos OUT, visualizando una esfera azul índigo que alimenta y vivifica cada una de tus células.
Une las tres esferas que generarán una esfera blanca brillante que envuelve tu cuerpo. Respira, concentrando la atención en el corazón, 6 veces, 6 segundos IN y 6 segundos OUT o por 3 veces, 12 segundos IN y 12 segundos OUT.


Fuentes e ideas:

Armonizzare i tre cervelli, Grant Soosalu e Marvin Oka, 2012
Luz, Introducción a la magia, vol. I, Gruppo di UR

Il significato esoterico dell’elemento fuoco
Quando il corpo umano diventa una centrale elettrica
Il potere della respirazione
Trarre energia dalla terra e dal cielo
Pranayama
Iperuranio

L’immagina della copertina è stata tratta dal sito www.108grani.com

TESLA

3-6-9: un código, una frecuencia.

Tesla decía: “Si tan solo conocieras la magnificencia del 3, el 6 y el 9, tendrías la llave del universo.”

Una frase muy poderosa y al mismo tiempo muy críptica.

¿Cuál magnificencia? ¿Cuáles llaves? ¿Cuál universo?

 

El primer mensaje que emerge, cristalino, es que la realidad en la que vivimos es una realidad matemática, caracterizada por frecuencias portadoras y frecuencias secundarias.

El mismo Max Planck, padre de la física cuántica, afirmaba que La materia no existe, todo es vibración”.
Para empezar, es importante comprender que la visión del mundo bajo forma de frecuencia no es algo de friquetones new age, sino más bien es física.

 

Como se sabe, el espectro visible es precisamente “aquella parte del espectro electromagnético que se encuentra entre el rojo y el violeta”, o en “términos de frecuencias, es el espectro que varía entre 430 (rojo oscuro) y 770 (violeta) THz”.
Así pues, “vemos” frecuencias y, es preciso recordar, un espectro muy limitado de las mismas.
        SPETTRO VISIBILE

Planck también es famoso en el mundo científico por su constante igual a 6,626 x 10-36 Js.

Esta constante es esencial para el desarrollo de la mecánica cuántica, ya que permite cuantizar, es decir, delimitar en paquetes finitos (en términos técnicos en valores discretos y no continuos) cantidades físicas importantes del mundo microscópico, como la energía, el impulso y el momento angular – mientras que en la física clásica las cantidades son continuas.”

¡¿Qué significa?! ¿Qué quiere decir esto para la gente común? Que todo lo que se manifiesta en nuestra realidad está dentro de un retículo bien definido. Se ha demostrado que este retículo está relacionado con la constante de Planck: 6,626×10-36 Js.

Analizando todo desde una perspectiva más elemental, podemos afirmar que la vibración que conforma nuestra realidad, el esquema base, el retículo que mantiene unido este mundo holográfico, está ligada a la frecuencia del 6-6-6.

Carbonio Molecola Este número choca inmediatamente a la gente porque recuerda el “número de la Bestia” que aparece en el Apocalipsis. En realidad, lo que aparece en los libros sagrados se refleja objetivamente en la estructura atómica del mundo: todas las formas de vida en la Tierra están formadas por moléculas cuya estructura portante está siempre constituida por átomos de carbono.

El carbono tiene un retículo atómico bien estructurado que consta de 6 electrones, 6 protones y 6 neutrones: 6-6-6.

La referencia bíblica al 6-6-6 vinculada a Satanás, considerado el gobernante de este mundo, podría ser por tanto una alegoría en relación con la frecuencia portadora de esta realidad.

Os pido que sigáis leyendo con el espíritu imaginativo y la curiosidad socrática de un niño.

No es necesario que creáis lo que leéis, sino que simplemente permitáis que esta información sea elaborada por vuestros tres cerebros.

Parad, tomad aire y repetidlo:
“podría ser o no, de cualquier manera, lo escucho”.
Las semillas plantadas a menudo no germinan porque, en lugar de regarlas, simplemente las cubrimos con el cemento de nuestras creencias y programaciones predeterminadas.

Lo que he aprendido, muy en el fondo, es a no tener nunca ninguna certeza y a cuestionar todo lo que escucho, y finalmente a hacer caso a mi intuición.
Esa intuición que, según Berne, “es el conocimiento basado en la experiencia adquirida a través del contacto sensorial con el sujeto sin que la persona que intuye pueda explicarse a sí misma o a los demás cómo pudo llegar a sus conclusiones”. O bien, en términos psicológicos, puede ser definida como un conocimiento basado en la experiencia y adquirido mediante funciones inconscientes o preconscientes preverbales a través del contacto sensorial con el sujeto”.
La intuición que caracteriza a un niño, con su curiosidad espontánea y su pensamiento mágico abierto a infinitas posibilidades.
Ese poder que le permite a uno viajar con la imaginación en los multiversos de las experiencias pero permaneciendo con firmeza en el aquí y el ahora.

 

Volviendo a la magnificencia del 3-6-9…
¿Cuál es entonces el poder que caracteriza a esta serie numérica?

3-6-9 es una clave de acceso a un retículo de programación alternativo respecto al conocido.
Es la clave necesaria para salir de la frecuencia del 6-6-6, romper la matriz, destrozar las cadenas y abrirse hacia un nuevo portal.
¡Es el código “secreto” para salir de la caverna de Platón y entender que las sombras siempre son generadas por la luz! Un paso más para acercarse a Ella.

¿Cómo hacer girar esta llave? ¿Cómo experimentar la magnificencia del 3-6-9?
El poder reside, sencillamente, en la activación de los tres cerebros de la máquina humana.
Primero reactivándolos por completo y luego volviéndolos a frecuenciar.

¡No es una casualidad que el uso de las My Energy Bars sea soportado por protocolos específicos que tienen la función de encender los motores de nuestra nave espacial!

El 3 está conectado al primer cerebro, el cerebro entérico. Este centro de poder está conectado con el YO SOY, con nuestro sentido de identidad: nuestra identificación en este mundo material, en esta tercera dimensión.

El 6 está conectado al segundo cerebro, el cerebro cardíaco. Este centro de poder está conectado al YO SIENTO. Cuando este motor está activado estamos totalmente conectados a las 6 puertas de nuestra realidad holográfica. Esta conexión nos permite tener una visión esférica del mundo y de nosotros mismos. Este tipo de visión modifica nuestro sentir respecto al universo interior y exterior. Nuestra visión cotidiana dual, lineal, se transforma.

Se expande a espectros de frecuencia antes inaccesibles.

El 9 está conectado al tercer cerebro, el cerebro encefálico. Este centro de poder, en la cabeza, está ligado al YO CREO. Este núcleo permite transformar el pensamiento en acción, la idea en materia. Nos permite salir de la tercera dimensión y acceder a los multiversos que están conectados a nosotros.

El 9, por su propia naturaleza, es la síntesis de todas las frecuencias posibles. Es partiendo del 9 que es posible descodificar la matriz, es decir, analizar las frecuencias que la caracterizan y modificarla si se dispone del diferencial de potencial adecuado.

Pensad a cuando estáis escuchando la radio en una determinada emisora y no estáis contentos con la música que está sonando. Lo que hacéis es simplemente girar el mando o pulsar el botón y pasar a otra frecuencia, es decir, elegís conscientemente cambiar la música. ¿Creéis que esto no sea posible con vuestra propia vida?

Si es cierto que todo lo que nos rodea es frecuencia (¡y lo es!) entonces seguramente, al menos en teoría, es posible. Lo único que hay que hacer es comprender dónde está el botón que hay que pulsar.

¿Y si te dijera que este botón es la glándula pineal y que la misma se activa gracias al potenciamiento y alineación de los tres cerebros?

Consideradla, por ahora, como una posibilidad y simplemente experimentad desde mis palabras.

A continuación, una meditación guiada para activar y alinear nuestros 3 centros de poder.

 

Encended los motores. ¡Os esperan maravillas!

 


Fuentes y ulteriores informaciones:

INTUIZIONE E STATI DELL’IO, Eric Berne, 1992

La Materia NON Esiste, TUTTO è Vibrazione – Fisica Quantistica

Cos’è la costante di Planck (e perché in Stranger Things 3 c’è un piccolo errore)

La vita potrebbe basarsi su un elemento diverso dal carbonio?

Spettro visibile

Carbonio, superato il limite dei quattro legami

¿ES MAGIA O FÍSICA?

Arthur C. Clarke, autor de ciencia ficción e inventor británico, es más conocido por su novela de 1968 “Una Odisea del Espacio”, seguramente la narración más famosa del género.

Clarke, con más de 100 libros y 1.000 narraciones en su haber, no solamente era un escritor, sino también un ideador. Ha donado a la humanidad el invento que ha transformado el mundo: la red global de comunicaciones a través de satélites artificiales.

Clarke formuló tres adagios, conocidos como las tres leyes de Clarke, nacidos no de la mera filosofía sino de la experiencia:
1. «Cuando un distinguido pero anciano científico afirma que algo es posible, es casi seguro que tiene razón. Cuando afirma que algo es imposible, es casi seguro que se equivoca.»
2. «La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse más allá de ellos hacia lo imposible.»
3. «Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.»

La neurociencia, la epigenética y las nuevas ciencias están demostrando la esencia de las tres leyes de Clarke.

Más concretamente, cada vez se está verificando más, desde el punto de vista científico, que lo que antes se calificaba de “magia” responde hoy a leyes físicas conocidas y en evolución, como las leyes cuánticas.

En el artículo “Pero, ¿cómo funcionan?” se habló acerca de la disonancia cognitiva y de cómo ésta crea filtros y resistencias hacia la comprensión de nuevas ideas.

Estamos viviendo un momento histórico increíble.

Permitámonos explorar y maravillarnos: del mundo, de nosotros mismos.

¿Y si la solución a nuestro malestar psicofísico residiera, sencillamente, en una comprensión e integración total del cuerpo, la mente y el espíritu? Si, como enseña el método holístico, dejáramos atrás la dualidad del conflicto entre disciplinas y nos adentráramos en la trinidad del ser, ¿qué maravillas descubriríamos?

En efecto, es interesante observar cómo la medicina y la meditación derivan de la misma raíz indoeuropea med: reflexionar, tomar conciencia, de la que deriva la palabra latina mederi. Al igual que ciencia y conciencia provienen de la misma raíz latina scire (conocer, saber). Clara evidencia semántica de la unidad entre el alma y el cuerpo.

Partiendo de esta base, tanto en las culturas antiguas como en las actuales, se ha desarrollado la medicina holística, es decir, el arte y la ciencia de tratar al ser humano en su compleja unidad: el sistema inseparable de cuerpo, mente y conciencia.

Se remonta a Descartes la separación drástica y absoluta de la emoción y el intelecto. Según el filósofo y matemático francés, es la razón, y sólo la razón, la que debe estudiar las características cuantitativas y objetivas de la realidad. Durante siglos, este principio ha caracterizado la investigación en todos los campos: ¡solamente es científico lo que es medible, tangible y repetible!
Sin embargo, el siglo XX ha sido testigo de paradojas que han cuestionado fuertemente este principio. El “cogito, ergo sum” cartesiano (pienso, luego existo) se transforma en “sum, ergo cogito” (existo, luego pienso).
De este modo cambiando totalmente los paradigmas y permitiendo explorar lo inexplorado.

Partículas exóticas, cuantos, cuerdas, multiverso: estamos en un punto de inflexión epocal. La física está encontrándose una vez más con la filosofía. De hecho, estamos volviendo a los orígenes de la ciencia que, no olvidemos, se originó con los filósofos de la Escuela de Mileto.

Ciencia, filosofía, neurociencia, epigenética, psicología cognitiva: no hay compartimentos estancos, todo está maravillosamente conectado. Simplemente hay que unir los puntos: el futuro ya está aquí y reside en nuestro pasado.
La cuestión está bien expresada por Shawn Achor, aclamado conferencista de Harvard. “La creencia de que no somos más que nuestros genes es uno de los mitos más perniciosos de la cultura moderna: es la insidiosa noción de que las personas vienen al mundo con una seria limitación de sus capacidades y que ni ellas ni sus cerebros pueden cambiar. Parte de la culpa la tiene la comunidad científica, ya que durante décadas los científicos se han negado a ver el potencial de cambio que tenían delante de sus narices“.

Entonces, My Energy Bars ¿son magia o ciencia?

La respuesta a esta pregunta probablemente no sea inequívoca, sino que depende del enfoque que se dé a la comprensión de la realidad. Desde sus orígenes, el conocimiento científico se ha caracterizado por ser aparentemente libre, accesible y, por tanto, democrático; el conocimiento mágico, en cambio, es una doctrina para unos pocos, reservada a los expertos y, por tanto, elitista y exclusiva. No en vano se habla de esoterismo, que significa “reservado a un estrecho círculo de iniciados; misterioso, incomprensible”.

Personalmente, tras haber estudiado, probado y desarrollado los mecanismos que las caracterizan, puedo decir con certeza que My Energy Bars son Ciencia, en su más alto significado.

No la ciencia actual, a menudo sectaria y cerrada en sus paradigmas del pasado, sino la Ciencia del principio, que exploraba el mundo exterior e interior para comprender sus mecanismos, sin prejuicios y con total apertura hacia lo desconocido y lo inexplorado.

My Energy Bars se caracterizan por tener tres tecnologías distintas. La primera, utilizando los principios de la física clásica, genera una microcorriente, un flujo de electrones, que atraviesa el cuerpo y ayuda a mejorar el estado bioeléctrico del organismo.

Este principio de funcionamiento se analiza en profundidad en el artículo “Pero, ¿cómo funcionan?”.

Las tecnologías de segundo y tercer nivel se han desarrollado sobre la base de los principios de la física cuántica y la radiónica.

Las tecnologías, propias de los cilindros, van de la mano de protocolos de uso específicos diseñados para amplificar sus efectos. Representan una especie de mapa del tesoro destinado a descubrir el cofre que guardamos sabiamente en nuestro interior y del que, por desgracia, hemos perdido la memoria.

Por tanto, avancemos paso a paso hacia la madriguera del conejo.

Utilizando el principio de entrelazamiento, los electrones que pasan de un cilindro a otro, a través del cuerpo físico, han sido específicamente informados y programados para actuar sobre las frecuencias psico-emocionales y psico-energéticas de la persona.

¿Qué es el entrelazamiento cuántico, que significa literalmente “maraña, enredo”?

Simplemente, se ha comprobado que las partículas generadas por el mismo proceso, o que han estado interactuando entre sí durante cierto tiempo, permanecen de alguna manera vinculadas, en el sentido de que lo que le ocurre a una de ellas afecta inmediatamente a la otra, sin necesidad de que haya interacción, independientemente de la distancia que las separe.

¿Y ahora? El principio básico es sorprendente y nos dice que, simplemente, aunque nos consideremos entidades separadas y distintas del todo, en realidad formamos parte de un sistema mayor y constantemente conectado.

Nuestras células, nuestros electrones, mantienen una conexión constante e invisible con aquello con lo que han entrado en relación y continúan siendo influenciados.

Pero, ¿cómo es posible? Esto parecería probable gracias a la presencia de un superfluido, una energía que a lo largo del tiempo y en las culturas ha tomado diferentes nombres: prana en la lectura hindú/yógica, éter o aether en la lectura física y metafísica, energía orgónica de las investigaciones vanguardistas del Dr. Reich, chi de la medicina china antigua y moderna y de las artes marciales en general.

Hoy en día, la nueva ciencia habla de “zero point energy” (energía de punto cero).

De hecho, la carga de la materia parecería deberse al intercambio con el éter. El electrón, así como algunas de las demás partículas subatómicas, son vórtices autosuficientes en un determinado fluido de éter. El electrón, aunque sea una partícula estable, es un anillo de vórtice o una estructura toroidal hecha de éter, por lo que es capaz de absorber información y frecuencias específicas, resonando con ellas.

Cabe destacar que las pruebas experimentales del entrelazamiento no se han limitado a la física, sino que también han involucrado al mundo biológico con el experimento que demuestra la acción no local a través de la conexión entre las emociones y el ADN después de una separación.

En una investigación publicada en la revista Advances en 1993, el ejército estadounidense informó de que había realizado experimentos para establecer con precisión el vínculo emoción/ADN tras una separación. En 1993, ¡hace casi treinta años!

Los investigadores tomaron un hisopo que contenía células y ADN de la boca de un voluntario, lo colocaron en un entorno preparado y realizaron mediciones eléctricas en el ADN obtenido para ver si respondía a las emociones del donante que estaba en otra habitación; al voluntario se le mostraron vídeos que provocaban emociones fuertes y a medida que éstas se producían medían las respuestas de su ADN en la otra habitación. Cuando las emociones del sujeto alcanzaban picos emocionales, las células y su ADN, situados a gran distancia, producían una fuerte respuesta eléctrica al mismo tiempo. Los experimentos produjeron los mismos resultados incluso cuando las células y el sujeto fueron separados por una distancia de 560 kilómetros. Además, se analizaron los tiempos entre la respuesta emocional del sujeto y sus células mediante un reloj atómico situado en Colorado (con un margen de error de un segundo en un millón de años) y el intervalo fue cero. El efecto fue simultáneo. El ADN reaccionó como si todavía estuviera unido al cuerpo del donante.
¡Asombroso!

Volviendo a nosotros, ¿qué contienen las My Energy Bars, es decir, la corriente eléctrica que generan, los electrones?

En el interior de los cilindros hay cristales que, gracias a sus características, actúan específicamente sobre el bienestar psicofísico y el campo vibratorio de la persona.

Por su naturaleza, los cristales presentan estructuras atómicas ordenadas y poseen la capacidad de absorber y emitir energía. Cuando entran en contacto con las vibraciones de nuestro cuerpo, tienen la capacidad de proporcionar la vibración correcta con el fin de poner orden en la persona en los diferentes niveles: físico, energético y vibracional.

En concreto, los cilindros contienen cristales de luna y de roca que, gracias a sus características, actúan sobre el equilibrio de los dos hemisferios, masculino y femenino, y sobre la alineación de los tres cerebros de la máquina humana (vientre, corazón y cabeza) tanto a nivel biofísico como bioenergético.

Cabe destacar que la cristaloterapia no es un invento reciente ni una moda “new age“: por el contrario, se conoce desde la antigüedad con el nombre de litomedicina, la práctica de utilizar piedras con fines curativos que se utilizaba en muchas culturas asiáticas e indoeuropeas.

Además de los cristales, My Energy Bars contienen un circuito radiónico que aprovecha el poder del símbolo, es decir, la capacidad de las formas multidimensionales de manipular la energía del espacio local.

Pero esa es otra etapa del recorrido.

Ahora, descansa. Regenérate. Resplandece.


Fonti e approfondimenti:

Lipton B.H., La Biologia delle Credenze, 2005;

Davidson D.A., Shape Power, Il potere della forma, 1997;

Maltz Maxwell, Psico-cibernetica, 1960;

Montecucco N.F., Psicosomatica olistica, 2010;

Di Alvise De Fraja, Scienza e magia, al di là del vero o falso, disponibile all’indirizzo: https://www.homologos.net/scienza-e-magia-al-di-la-del-vero-o-falso

Thankstem, Entanglement (ultimo libro), disponibile all’indirizzo: http://www.thankstem.com/wp-content/uploads/2019/02/PUBBLICAZIONE-entanglement.pdf

 

Pero, ¿cómo funcionan?

My Energy Bars son un producto innovador, desconocido en el mercado.
El escepticismo inicial es por lo tanto comprensible.
Cuando una persona se acerca a un nuevo concepto, a una nueva realidad, a una nueva tecnología, es normal que surja una resistencia en forma de dudas o perplejidad.
De hecho, nuestra lectura del mundo está influida por las creencias y convicciones personales, culturales y sociales.
Cuando entramos en contacto con un nuevo elemento que no encaja en la lógica conocida, sino que desafía esa lógica, surge lo que se conoce en psicología como disonancia cognitiva.
El principio de “disonancia cognitiva”, introducido por el psicólogo y sociólogo Leon Festinger a finales de los años 50, se manifiesta cuando existe una incoherencia entre los distintos aspectos de los conocimientos, sentimientos y comportamientos del sujeto.
Esta incoherencia crea un estado interno de malestar, una disonancia cognitiva, que las personas tratan de reducir en la medida de lo posible.
La disonancia cognitiva exige al sujeto un elevado gasto de energía mental para disipar la sensación de malestar, a menudo inconsciente. Por lo general, los conocimientos adquiridos por el sujeto y la programación existente son aquellos a los que la persona se adapta, ya que esto requiere menos energía mental.
De hecho, cuanto menos energía tenga una persona, menos capacidad tendrá de abrirse a nuevas ideas para desarrollar su credibilidad.
Por ello, el escepticismo inicial, normal ante algo nuevo, puede generar dos reacciones diferentes en las personas: la primera es la del curioso con un buen grado de energía que intenta resolver el conflicto generado por la disonancia cognitiva con la pregunta indagatoria “Pero, ¿cómo funcionan?”, la segunda es la de la persona profundamente anclada en sus creencias que resuelve trivialmente el conflicto con un “¡Yo no creo en estas cosas!”.

«Un zorro hambriento vio unos racimos de uvas colgando de una parra y trató de cogerlos. Pero no lo consiguió. Se dijo a sí mismo: “¡Están verdes!” y se marchó. Así, incluso entre los hombres, hay quienes, al fracasar por la incapacidad de lograr su propósito, culpan a las circunstancias»
(Esopo, XXXII; Fedro, IV, 3)

Si estás en el grupo de los curiosos, te invito a seguir leyendo y a no dar por hecho lo que se te dirá.
Profundiza, estudia, investiga y aumenta tu energía.
Cuestiona siempre todos los aspectos de la realidad y déjate sorprender. Siempre. Simplemente.
My Energy Bars son el resultado de dos personalidades muy distintas: el ingeniero y el alquimista. Durante años se mantuvieron en compartimentos estancos, bien separados uno de otro.
No les permitía comunicarse e interactuar entre sí, lo que, debo admitir, requería mucha energía. El ingeniero se manifestaba en el mundo ordinario, donde el juicio de la gente está siempre listo. El alquimista en las profundidades de mis investigaciones y experimentos continuos. Lejos de los ojos que, debido a la disonancia cognitiva, no habrían sido capaces de entender cómo un ingeniero podía creer en “ciertas cosas”.
El asombro fue descubrir que yo misma era víctima de las maravillas de nuestro cerebro que, para no disipar las energías ligadas a los miedos y a la programación inconsciente, no permitía el matrimonio alquímico entre mis dos hemisferios.
Pero como dicen, ¡el corazón quiere lo que quiere!
Cuando la mente racional y la intuitiva hicieron las paces, el amor por mí misma floreció y Triune fue el primer fruto.
Un viaje de experiencias, personas, teorías y experimentos que me han hecho conocer los abismos pero que, al final, me han hecho tocar las estrellas. Es un viaje continuo y estoy segura de que veré mucho más.
Esta premisa personal no es una divagación banal, sino que es un elemento determinante para entender este proyecto y, en concreto, My Energy Bars.

My Energy Bars son efectivamente el resultado de un viaje que dura desde hace más de veinte años.
Vayamos al punto, los cilindros actúan principalmente sobre el campo electromagnético de la persona, potenciándolo y disolviendo cualquier biorresistencia presente. Los protocolos estructurados ad hoc actúan específicamente sobre los campos electromagnéticos generados por los tres cerebros de la máquina humana (vientre, corazón y cabeza).
Efectivamente, es a través de una limpieza específica de las interferencias bioemocionales y de su refrecuenciación que la persona vuelve a ser, a sentir y a crear, lo que beneficia el bienestar psicofísico general.

Volvamos a la pregunta inicial: “Pero, ¿cómo funcionan?”.

El punto de partida, que apareció en mi mente una mañana al amanecer, era muy sencillo: si somos un campo electromagnético, las leyes que caracterizan a estos campos se aplican también a nosotros. Si somos un campo electromagnético, nos caracterizamos por un flujo de electrones que fluye en nuestro interior (corriente eléctrica) y que genera un campo magnético capaz de atraer. ¿Pero atraer qué?
La potencia eléctrica dentro de nuestro cuerpo, nuestra energía, está limitada por las resistencias bioemocionales presentes. Dichas resistencias actúan tanto a nivel energético como físico, condicionando nuestro bienestar físico y mental.
La pregunta es muy conocida por quienes practican la acupuntura, o sea, la medicina alternativa que utiliza la inserción de agujas en puntos específicos del cuerpo humano que son estimuladas para corregir desequilibrios en el flujo de energía.
De hecho, la acupuntura recurre a un agente externo para disolver las biorresistencias mencionadas anteriormente.
En física, la resistencia eléctrica no es más que una magnitud física escalar que mide la tendencia de un cuerpo a oponerse al paso de una corriente eléctrica cuando está sometido a una tensión eléctrica. ¿Qué significa esto? Significa que si en nuestro cuerpo existen resistencias físicas y emocionales, la corriente, el flujo de electrones en el cuerpo, se debilita y nosotros, metafóricamente y no sólo, resplandecemos menos.
My Energy Bars están formadas por dos cilindros de diferentes materiales (acero y aluminio) que tienen una específica diferencia de potencial. Al unirse a un elemento conductor, en nuestro caso el cuerpo humano, se genera una microcorriente, un flujo de electrones, que atraviesa el cuerpo y contribuye a mejorar el estado bioeléctrico del organismo.
Numerosos estudios clínicos, empezando por los experimentos de Galvani en 1792, han demostrado los sorprendentes beneficios de las microcorrientes. Hoy en día se utilizan mucho en estética.
Gracias a la inducción de un aumento de los niveles de ATP (Trifosfato de Adenosina), el combustible químico que permite el funcionamiento de todas las células humanas, las microcorrientes aceleran el metabolismo celular, facilitan la desintoxicación y aumentan el nivel de eliminación de residuos e impurezas del organismo.
En resumen, gracias al uso de My Energy Bars el cuerpo se recarga volviendo a un estado más joven. Es como sustituir la batería de nuestro viejo teléfono móvil por una nueva.
Lo que se ha dicho anteriormente representa la tecnología de primer nivel que caracteriza My Energy Bars.
Esta sería, por sí sola, suficiente para comprender la utilidad del dispositivo.Sin embargo, mis investigaciones, aplicando los principios de la física cuántica, han llevado a implementar otras dos tecnologías de segundo y tercer nivel que, asociadas a protocolos específicos, permiten el potenciamiento del campo electromagnético de la persona con mayores beneficios a nivel físico, energético y mental.
Gracias al principio de entrelazamiento, los electrones han sido específicamente informados y programados para actuar sobre las frecuencias psicoemocionales y psicoenergéticas de una persona.

¿Estás listo para entrar en la madriguera del conejo?

Triune Project SRL
Tutti i contenuti e le informazioni sono di proprietà esclusiva di Milena Battaglia.
Via Moriggia 8/B 20900 Monza MB
C.F./P.IVA: 11452660969

Social
logo triune project
Top
Modalità di pagamento
logo triune project

Triune Project SRL
Tutti i contenuti e le informazioni sono di proprietà esclusiva di Milena Battaglia.
Via Moriggia 8/B 20900 Monza MB
C.F./P.IVA: 11452660969

Modalità di pagamento